Sonia conoce a Knut en un foro literario de internet y, a pesar de los setecientos kilómetros que los separan, establece con él unaparticular relación marcada por la obsesión y la extra?eza. Entre laatracción y la repulsión, no puede evitar sentirse fascinada por estepersonaje insólito y perfeccionista, que vive fuera de toda normasocial y que la corteja a través de suntuosos regalos robados. «Legustaba ir siempre bien vestido, incluso para ir a robar una simplelata de conservas. Tan joven y hablando de escritores del XIX.Filosofando. Cuestionándolo todo. Teorizando sobre el individuo y elgrupo, y la hipocresía social, y los chivos expiatorios, y Dios y eldestino, la virginidad y el sexo. Solía decir que no hay placercomparable a pensar. Y no, no era petulante ni vanidoso. Erasimplemente... Exhaustivo.» Su necesidad de poner distancia cuandoKnut se vuelve demasiado absorbente, pero también su irrefrenablecuriosidad y el ansia de vivir experiencias más allá de una existencia excesivamente reglada, llevarán a Sonia a una doble vida secreta enla que quedará atrapada durante a?os sin posibilidad de exculparse.En esta inusitada historia, Sara Mesa recupera temas que yaaparecieron en sus primeras obras narrativas, dándoles forma a travésde un estilo conciso y eléctrico en un mundo -frío, escasamentecomunicativo- cuyas reglas establecen únicamente los propiospersonajes que lo habitan. Cicatriz no es sólo una inquietantehistoria de amor descompensado protagonizada por dos seres muydistintos pero a la vez complementarios, es también una reflexiónsobre la sociedad de consumo y los robos a gran escala en grandesalmacenes, la sumisión y el poder, la anulación del deseo y lacarnalidad, el refugio de la infancia, la fantasía como alternativa,la culpa y la expiación, la escritura y la vocación literaria. Laautora de la celebrada Cuatro por cuatro (que fue finalista del Premio Herralde de Novela), en vías de publicación al francés, se confirmacon Cicatriz como una de las voces más singulares e imprescindibles de su generación.