Desde siempre ha habido médicos que han sido también grandespensadores: Copérnico, Paracelso, Chéjov o, más recientemente, OliverSacks, han entendido que la enfermedad no sólo concierne al cuerpo,sino también al espíritu. Por eso, el estudio de los síntomas queatribulan al paciente puede encontrar en el arte y la literatura unapoyo fundamental para llegar al centro de su origen. Tras estaestela, Andrzej Szczeklik, que, con su primera obra, Catarsis(Acantilado, 2010), ya había visto en el humanismo el principiofundamental de la actividad médica, nos ofrece de nuevo un libroescrito con la gracia de un poeta y la habilidad de un narradorclásico. Un ensayo científico, filosófico y artístico, pero, sobretodo, centrado en lo espiritual.