Estamos, según la opinión de un amplio sector de la crítica, ante la primera muestra de la novela picaresca, uno de los géneros más originales de la extensa literatura española y que tan exitosamente reflejará el desencanto ideológico que se palpaba en la época. Supone una total ruptura con la narrativa desarrollada hasta entonces, y se ha labrado así un puesto de honor en la historia clásica de la Literatura. En El Lazarillo de Tormes ya aparecen los elementos esenciales que caracterizan al género de la novela picaresca, que se desarrollaría al final del siglo XVI y a principios del XVII. Frente a la visión idílica que del mundo ofrecían la mayoría de las obras literarias del Renacimiento, nos encontramos ahora con una visión cruda y descarnada de la realidad española, sin tapujos, mostrando abiertamente la triste historia de personajes reales, cuyas vidas son el reflejo y la consecuencia de una triste realidad social. La originalidad consiste en el punto de vista sarcástico e irónico utilizado por el narrador. Una aguda crítica social.