Denostado en su día por «inmoral» e incluso por «ficticio», y a la vez aclamado como «un examen despiadado del yo que Rousseau habríaenvidiado», El diario de un hombre decepcionado (1919) de W. N. P.Barbellion es una obra singular. Iniciado cuando su autor tenía treceaños como un cuaderno de notas de historia natural, se iríaconvirtiendo poco a poco en la crónica de una profunda decepción:limitado en su formación académica por circunstancias familiares, yaquejado ya tempranamente de dolorosos y paralizantes síntomas de loque luego se revelaría una esclerosis múltiple, el que soñaba con «ser un gran naturalista» acabaría obteniendo un modesto puesto deentomólogo en el Museo Británico de Historia Natural, pero, con uncuerpo «encadenado a mí como un peso muerto», se daría cuenta de que«mi vida ha sido una lucha continua contra la mala salud y laambición, y no he conseguido dominar ninguna de las dos». La escritura puntual del diario, incisiva, repleta de ingenio y desesperación, seerige entonces en la única y verdadera razón de ser (o de seguirsiendo): «Si somos gusanos?anotará?, al menos seamos gusanossinceros».Barbellion murió apenas unos meses después de ver publicada su obra,pero su ejercicio de introspección, que ha sido comparado con Kafka ycon Joyce, perdura como uno de los más notables y significativos delsiglo XX.