«La obra de Oscar Wilde es un canto al individuo irrepetible y únicoen un marco social cada vez más despersonalizado y despersonalizante». LUIS ALBERTO DE CUENCA «Más allá del clásico en el que se ha convertido, y dejando de lado su espíritu de novela gótica, en la que lo maravilloso y costumbrista se dan la mano para crear un universo completamente nuevo, El retrato de Dorian Gray (1890) es una minuciosa descripción de qué ocurre con ellibre albedrío cuando se encuentra desligado de la responsabilidad yde la conciencia. La novela comparte la recargada estética de suscuentos, la ligereza del diálogo, el giro emocional, un pocosentimental incluso, de sus protagonistas. Pero capta, como no searriesgó en otras obras, el espíritu de la época, los pliegues delalma de Wilde, y, como todos los clásicos, se adelanta a una sociedadque, más de un siglo después, continúa absorta en su propia imagen,venera la juventud, relativiza los valores, desprecia lo fundamentaldel arte y sigue bailando, mientras todos miran, mientras todosocultan algo que no desean que los demás contemplen».Del prólogo de ESPIDO FREIRE