John H. Elliott nos ofrece aquí el análisis comparado de esas dosgrandes figuras de la Europa moderna que fueron Olivares y Richelieu,y nos demuestra que fueron más semejantes -y más equilibrados enméritos- de lo que acostumbramos a suponer. Su análisis, sin embargo,va más allá de los hombres, a las formas de organización política,para atacar el tópico que da por sentado que el estado centralizadofrancés prefiguraba la forma de organización del futuro y tenía unainmensa superioridad sobre la fragmentada monarquía de los Austrias.Elliott ilumina con ello la historia del absolutismo y nos aportanuevas perspectivas sobre el nacimiento del estado moderno.