Casada con Diego Rivera y con el poeta y crítico Jorge Cuesta, el más distinguido de los escritores del grupo Contemporáneos, Lupe Marín vio refulgir su obra y la de otros creadores como Frida Kahlo, Rafael Coronel, Xavier Villaurrutia y Juan Soriano, además de ejercer una influencia poderosa sobre sus hijos y nietos, herederos de un legado tan brillante como imperioso. Un gran mural de una época en la que el mundo se reinventaba y México era uno de los territorios donde parecía que podía construirse la utopía o donde al menos podía obtenerse la inspiración para alcanzarla.