Una descarnada parodia de la violencia que afectó a Medellíndurante el auge y caída del cartel dirigido por el narcotraficantePabloEscobar.En el resquebrajamiento de una sociedad que ha cortadocon sus valores y su pasado, en que los asesinos contratados osicarios son ni?os, y en que la impunidad es la norma y la violenciael aire que se respira, por las atestadas calles de Medellín, entreuna multitud maldiciente de desempleados y mendigos, de ladrones yatracadores, vendedores ambulantes y fumadores de basuco, van elnarrador loco o lúcido y su amante, un adolescente asesino, tratandode ponerle remedio por las malas a lo que no lo tiene. Cuando ya noqueda sino rezar y rociar con agua bendita las balas, la iglesitaperdida de María Auxiliadora en el pueblo de Sabaneta se vuelve unsantuario de peregrinación de los sicarios y a la vez una referenciapara las páginas alucinadas de esta novela.La crítica ha dicho...«La Virgen de los sicarios es el más bello y delirante canto de amor y perdición que nos ha dado desde hace mucho la literatura.»Le Figaro littéraire«Novela alucinada que no va de la vida a la muerte como el libro de Celine, sino de la muerte a la muerte. Vallejo hacecon la prosa castellana lo que le viene en gana, consigue una tensióny una fuerza expresiva, un arrebato del lenguaje hecho fiesta, unapluralidad de voces, todas verdaderas, todas impostadas, que para síquisieran quienes se jactan de ser los prosistas en lengua castellanadel siglo.»Miguel Sánchez-Ostiz, ABC, Espa?a«Hace muchos a?os que no había hecholo que hice con La Virgen de los sicarios: comprar tres ejemplares yregalarlos. Hace más de cinco, diez a?os que no me había metido en una novela sin parar, sin irme a dormir porque ya eran las dos de lama?ana, hasta terminarla de un jalón.»Federico Campbell, Milenio,México«En La Virgen de los sicarios el narrador camina por loscenagosos caminos del abismo, descubre crueldades, horrores, escenassombrías y deprimentes de una sociedad leprosa que fue tragada por laexistencia misma.»Guillermo Samperio, La Jornada, México«La violencia brutal y casiapocalíptica de la prosa de Vallejo representa el amplio arsenal demiserias y perdiciones del volcán colombiano, sin ley ni regla. Viajeiniciático a los infiernos, un libro que se lee de un tirón fuerte ybrillante.»El Diario Vasco, San Sebastián