«Soy el mejor cantador de subastas del mundo. Pero nadie lo sabeporque soy un hombre comedido. Me llamo Gustavo Sánchez Sánchez y medicen, yo creo que de cari?o, Carretera». Además de saber imitar aJanis Joplin, de poder parar un huevo de gallina en una mesa, o desaber contar hasta ocho en japonés, en su fulgurante trayectoria comocantador de subastas, Carretera aparece como inventor delrevolucionario «Método de las alegóricas», en el cual «no sesubastaban objetos, sino las historias que les daban valor ysignificado». Carretera no siempre fue este showman eminente. Antes de convertirse en subastador fue durante muchos a?os vigilante en unafábrica de jugos, hasta que el ataque de pánico de una compa?eralaboral cambió su vida de manera irremediable. En el tránsito deCarretera hacia su destino deberá enfrentar la ira de un hijo al queha abandonado, sortear una subasta para ayudar a un cura a salvar suiglesia, y realizar a manera de gran performance final la subastaalegórica conocida como «La historia de mis Gustavos personales». Lahistoria de mis dientes, segunda novela de Valeria Luiselli, revelauna fascinante dimensión en su escritura, y confirma su capacidad para generar atmósferas llenas de enigmas y de sutiles gui?os en los quecada gesto está cargado de sentido. Con una destreza que combina eldominio del lenguaje con una estructura atrevida y desfachatada,Luiselli retrata a veces con humor, otras con ternura y unas más demanera despiadada eso que llamamos «condición humana», al hacerconfluir en sus personajes el peso de la historia personal con esemotor cotidiano que es el anhelo.