Octubre de 1921. Angelina Beloff, pintora rusa exiliada en París,envía una carta tras otra a su amado Diego Rivera, su compa?ero desdehace diez a?os, que la ha dejado abandonada y se ha marchado a Méxicosin ella. Angelina, a quien Diego se dirige con el diminutivo deQuiela, fue la primera esposa del muralista mexicano y una excelentepintora, eclipsada por el genio de su marido. Su relación, marcada por la pobreza y por la tiranía de Rivera, fue tormentosa, y la adoración de Quiela, incondicional. Brutal, ególatra, irresistible, Rivera senos dibuja como un monstruo que hace su voluntad en el arte y el amor. «Ella me dio todo lo que una mujer puede dar a un hombre», diríaRivera. «En cambio, recibió de mí todo el dolor en el corazón y lamiseria que un hombre puede causarle a una mujer.»Elena Poniatowska, Premio Cervantes 2013, producent en «Querido Diego, teabraza Quiela» uno de los más conmovedores, delicados y brutalestestimonios de amor y dependencia jamás escritos. Una nouvellerescatada por Impedimenta en edición especial.