Cuando el concilio Vaticano sitúa la lectura y la explicación de la Pa labra de Dios, es decir, de la Escritura, en el centro de las celebrac iones litúrgicas, devuelve al primer plano de la conciencia cristiana el hecho de que la Biblia es un texto destinado a ser leído en voz alt a ante la asamblea del pueblo. También esta circunstancia tiene reperc usiones en la calidad literaria de la traducción. El traductor debe el egir, entre las varias fórmulas posibles, aquella que mejor puede ser «pronunciada», y resulte más fácilmente inteligible cuando sea «oída». Por esta razón, esta nueva edición renuncia a signos diacríticos que intentan reproducir sonidos griegos o hebreos inexistentes en castella no y las grafías de los varios centenares de nombres propios de la Bib lia han sido adaptadas y homogeneizadas en castellano. Se ha tenido ta mbién en cuenta el hecho de que en el tiempo transcurrido desde la pri mera edición se ha registrado una cierta confluencia de criterios entr e los escrituristas respecto a la traducción de algunos términos técni cos, sobre todo del vocabulario cultural, en los que antes se registra ba una cierta dispersión. Todo este cúmulo de consideraciones ha indu cido a Herder Editorial a poner en manos de sus lectores una edición d e la Biblia profundamente revisada que, manteniendo las permanentes vi rtudes de las ediciones anteriores, incorpore las modificaciones pedid as por los avances científicos y por las nuevas actitudes y sensibilid ades, religiosas y culturales, de los tiempos. Marciano Villanueva Sal as (Burgos, 1927) es doctor en Teología y Sagrada Escritura y profesor emérito de Exégesis y Teología; autor y traductor de diversas obras d e Teología y Sagrada Escritura, forma parte también del equipo de trad uctores al castellano de la Biblia de Jerusalén.