Oscar Wilde murió exiliado en París en noviembre de 1900 a la temprana edad de 46 años, tan sólo tres después de salir de prisión, en laruina moral y económica, fuertemente alcoholizado, incapaz de escribir una línea. El escritor, dramaturgo y poeta irlandés entendía la vidacomo una obra de arte y según dijo en numerosas ocasiones era en suvida donde había puesto todo su genio, mientras que en su obra sólo su talento. Le gustaba mirarse en el espejo de 'La Divina comedia' ycomparar sus momentos vitales con los de la obra de Dante. Su vida esel drama perfecto de quien ha alcanzado todo lo que el mundo puedeofrecerle para luego perderlo de golpe.'La divina comedia de Oscar Wilde', de Javier de Isusi, ateniéndosefielmente a lo que se sabe de la existencia del escritor, desbordaesos límites para imaginar lo que podría haber pasado por dentro de su alma en esos tres últimos años. Rinde además un prolijo homenaje atoda su obra mediante citas y referencias textuales que transmitenbuena parte de las ideas de Wilde, todo ello contado a través de susencuentros con las personas que más le acompañaron durante ese periodo final.