Cuando un alfarero le preguntó a Sócrates si debía casarse opermanecer soltero, este respondió:?Hagas lo que hagas tearrepentirás?. Cuando Diógenes fue hecho prisionero y puesto a laventa como esclavo, el vendedor le preguntó qué sabía hacer, y esterespondió:?Sé mandar. Mira a ver si alguien quiere comprar un amo?.En su juventud, San Agustín recitaba esta plegaria:?Se?or, concédemecastidad y continencia, pero espera unos a?os?. Cuando a Madame deStaël le preguntaron por qué las mujeres guapas tenían más éxito entre los hombres que las inteligentes, respondió:?Porque hay pocoshombres ciegos, pero muchos hombres tontos?. Cuando alguien lepreguntó a Bertrand Russell por qué nunca había escrito sobreestética, este respondió: Porque no sé nada de estética..., aunquereconozco que no es una buena excusa, porque mis amigos dicen que miignorancia nunca me ha impedido escribir sobre otros temas?.?Escompatible la filosofía con el humor??Es posible aprender filosofía a carcajadas? En este desternillante libro el lector es invitado a undelicioso viaje por la historia de la filosofía y las vidas de losfilósofos, en el que se encontrará con el malhumor de la esposa deSócrates, los sue?os de Maquiavelo, las opiniones de Kant sobre elmatrimonio, las despiadadas mordacidades de Nietzche, la deducciónlógica de Russell de que él y el Papa son la misma persona, laagresividad de Wittgenstein atizador el mano... Filosofía acarcajadas. Un recorrido por la historia del pensamiento de la mano de las anécdotas y las agudezas de los grandes filósofos.