La última ruta de Federico García Lorca, la de la memoria más que la de la muerte, empieza en Granada el 9 de agosto de 1936, en una apacible y céntrica casa burguesa propiedad de un respetado comerciante apellidado Rosales, padre de siete hijos; continúa en otro inmueble mucho más decrépito y siniestro distante unos 300 metros, el antiguo Gobierno Civil, actual Facultad de Derecho, desde donde los sublevados administran fríamente el terror, y culmina seis días después de manera sangrienta en Alfacar y Víznar, dos pequeñas y maravillosas poblaciones a menos de diez kilómetros de la capital que la guerra llenó de espanto. Federico García LorcaÆs last route, the one of the memory rather tan of death, began in Granada on 9th August, 1936, in a paceful and central bourgeoishouse owned aby a respected merchant named Rosales, father of seven children, continued in another much more decrepit and sinister building, about 300 meters away, the former Civil Governement building, now Faculty of Law, from where the rebels coldly administered the terror, and culminated bloodily six days later in Alfacar and Víznar,