HAMLET, la obra más conocida de Shakespeare, es en realidad una piezallena de lagunas e indefiniciones. Una obra enigmática y misteriosa,en la que cada personaje es un artista de la simulación. El propioHamlet es un ser en continua transformación. En él caben laceremoniosidad, la cortesía y la reflexión, junto a la pasión, laburla, el enigma o la posibilidad de la locura. En el castillo deElsenor, en un ambiente que emana corrupción y desconfianza,claustrofóbico y hostil, se alternan escenas solemnes y revesesirónicos, al tiempo que se agita una corte de personajes cuyo sentidoúltimo será llevar a Hamlet a vencer su tensión interna y cumplir lavenganza por la muerte de su padre. El magnífico estudio de Ángel-Luis Pujante que precede su traducción analiza el carácter incoherente eincierto de la tragedia y sitúa el atractivo de una obra tan complejay rica en ese halo de misterio que suscita la duda, requiere lameditación y que la ha convertido en uno de los grandes mitos deOccidente.