Cuando, pocos años después de terminada la Segunda Guerra Mundial, Etsuko queda viuda, ha de trasladarse a la finca de su suegro, tierra adentro cerca de Osaka. Su peculiar "sed de amor", nutrida de los celos, el deseo y el odio llevados hasta un extremo morboso, explorará allí otras formas de manifestarse. Si bien en un principio Etsuko se plegará a la autoridad natural del jefe de la familia, será finalmente un joven e ingenuo sirviente quien concentre sus obsesiones y frustraciones.