La clausura del Año de la fe es el comienzo de una nueva etapaevangelizadora marcada por la alegría del Evangelio y de un caminonuevo para la marcha de la Iglesia. Con esta exhortación, el Papaquiere recordar a los fieles cristianos, afianzados y fortalecidos enla fe, que es hora de iluminar y transformar, de salir y transmitir la alegría de creer. Es hora de que «recobremos y acrecentemos elfervor, la dulce y confortadora alegría de evangelizar [...]. Y ojaláel mundo actual pueda recibir la Buena Nueva, no a través deevangelizadores tristes y desalentados, impacientes o ansiosos, sino a través de ministros del Evangelio, cuya vida irradia el fervor dequienes han recibido, ante todo en sí mismos, la alegría de Cristo»[Evangelii gaudium, 10].Dirigida a los obispos, a los presbíteros y diáconos, a las personasconsagradas y a los fieles laicos, la exhortación Evangelii gaudiumestá dividida en cinco capítulos, titulados «La transformaciónmisionera de la Iglesia», «En la crisis del compromiso comunitario»,«El anuncio del Evangelio», «La dimensión social de la evangelización» y «Evangelizadores con Espíritu».