La industria de la felicidad, que mueve miles de millones de euros,afirma que puede moldear a los individuos y hacer de ellos criaturascapaces de oponer resistencia a los sentimientos negativos, de sacarel mejor partido de sí mismos controlando totalmente sus deseosimproductivos y sus pensamientos derrotistas. Pero ¿no estaremos acaso ante una nueva argucia destinada a convencernos, una vez más, de quela riqueza y la pobreza, el éxito y el fracaso, la salud y laenfermedad son únicamente responsabilidad nuestra?